jueves, 3 de mayo de 2012

El pombero

El Pombero es el más popular de los duendes de la región guaraní. Su nombre viene del verbo "pomberiar", que significa espiar. Se lo describe como un hombre alto, delgado y velludo, que luce un enorme sombrero de paja. Otras versiones, que hoy parecen predominar, lo pintan como un petiso gordo, negro, peludo y feo; también como un enano fornido que camina con los pies hacia atrás, aunque con esta caracterización su figura tiende a fundirse.
El Pombero es el genio protector de los pájaros. Recorre el monte a la siesta con una caña en la mano, y si encuentra niños puestos en la tarea de cazarlos carga con ellos, para abandonarlos luego lejos de su casa, muertos o atontados. Otras versiones, afirman que les chupa la sangre hasta matarlos y los cuelga luego de un árbol. Claro que bajo tal amenaza las personas procuran no alejarse mucho de los ranchos en estas horas de descanso. También puede secuestrarlos en la noche, cuando andan detrás de los cocuyos. No hace ruido al caminar, razón por la cual en algunos sitios recibe el nombre de Py-ragüé, o sea, pies con plumas o pies velludos.
El Pombero pía, silba, remeda el canto de las aves. Puede también transformarse en indio, tronco y hasta tomarse invisible para entrar por el ojo de una cerradura. Le gustan los huevos frescos y la miel del monte. Masca tabaco negro y suele dormir en los hornos. No faltan los que celebran con él un pacto heroico, beneficiándose con su ayuda. Pero aunque le diviertan las transmutaciones, su representación esencial es antropomórfica.
Si se habla de él por las noches, es preciso hacerlo en voz baja para no ofenderlo. Conviene dejarle cerca del rancho un poco de tabaco para que masque. Para ahuyentarlo, hay que poner un diente de ajo en cada esquina de la casa.

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